La seguridad de las aplicaciones, a veces denominada appsec, es la práctica de proteger las aplicaciones contra ataques o accesos no autorizados. Esto incluye garantizar que las aplicaciones estén seguras contra amenazas tanto externas como internas. La seguridad de las aplicaciones puede referirse tanto a las capas de software como a las de hardware de protección de aplicaciones.
Las formas de seguridad de las aplicaciones incluyen:
• Controles de acceso: limitan quién tiene acceso a las aplicaciones, permitiendo que sólo los usuarios autorizados accedan a ellas.
• Autenticación: este proceso verifica la identidad de los usuarios que intentan acceder a aplicaciones protegidas.
• Autorización: determina qué acciones pueden realizar los usuarios en las aplicaciones, como ver, crear y editar.
• Cifrado: este es el proceso de codificar datos para que sean ilegibles para cualquiera que no tenga las credenciales adecuadas.
• Firewalls: actúan como una barrera contra intrusiones maliciosas, bloqueando conexiones no deseadas.
• Sistemas de detección de intrusos: detectan intentos de intrusión y alertan a los administradores del sistema.
• Parches y actualizaciones: la actualización periódica del software y sus componentes puede ayudar a reducir las debilidades o errores en una aplicación.
• Monitoreo de seguridad: realizar un seguimiento de lo que sucede en un sistema, como la actividad del usuario, puede ayudar a identificar amenazas a la seguridad.
• Análisis del código fuente: examinar el código fuente puede ayudar a identificar posibles vulnerabilidades de seguridad en las aplicaciones.
La seguridad de las aplicaciones es cada vez más importante a medida que los atacantes se vuelven más sofisticados y las amenazas se vuelven más complejas. Al centrarse en la seguridad de las aplicaciones, las organizaciones pueden salvaguardar sus datos y garantizar que los usuarios no se vean comprometidos.