El centro de datos, también conocido como granja de servidores o centro de información, es una instalación que se utiliza para almacenar, administrar y distribuir grandes cantidades de datos. Suele estar compuesto por un conjunto de servidores, equipos de conexión y redes, sistemas de almacenamiento y enlaces de telecomunicaciones. Los centros de datos son un componente esencial de una organización basada en datos, ya que proporcionan almacenamiento centralizado de datos, procesamiento de datos, redes e infraestructura de telecomunicaciones.
Los centros de datos deben ser seguros y confiables para garantizar la integridad y accesibilidad de los datos. La seguridad física incluye acceso limitado, control ambiental, extintores de incendios, protección contra inundaciones y monitoreo constante. También se deben implementar sistemas de energía de respaldo, suministro de energía transitorio y sistemas de enfriamiento redundantes. Además, también deben existir controles ambientales apropiados para gestionar los factores ambientales que pueden afectar el rendimiento del equipo.
Los centros de datos deben diseñarse para brindar escalabilidad y rendimiento, particularmente para operaciones de grandes empresas. La infraestructura técnica debería poder proporcionar de forma rápida y fiable grandes cantidades de datos. Las infraestructuras de red y los grupos de servidores deben organizarse de manera que proporcionen un acceso más rápido a los datos y reduzcan la congestión de la red.
Los centros de datos también se pueden segmentar para reducir costos. Por ejemplo, el equipo se puede separar en áreas dedicadas al alojamiento de sitios web, servicios de correo electrónico, operaciones de bases de datos y sistemas de almacenamiento. Esto permite una mayor optimización de los recursos y un uso eficiente de los recursos de procesamiento y almacenamiento de datos.
Los centros de datos también deben gestionarse de forma eficaz. Esto incluye el uso adecuado de los sistemas de gestión y monitoreo, así como el mantenimiento regular y la aplicación de parches al software. Además, los recursos deben asignarse de manera adecuada y los diseños de los sistemas deben actualizarse periódicamente para garantizar la máxima eficiencia.
