La unidad de estado sólido (SSD) es un tipo de dispositivo de almacenamiento no volátil que almacena datos persistentes en una memoria flash de estado sólido. En comparación con las unidades de disco duro tradicionales, las SSD ofrecen velocidades de datos más rápidas, menor consumo de energía y mayor confiabilidad.
Los SSD se están convirtiendo cada vez más en la opción preferida para el almacenamiento de datos debido a su bajo costo y peso más liviano que los discos duros tradicionales, así como a su falta de partes móviles, lo que los hace más duraderos. La falta de piezas móviles significa que generan menos calor, pueden acceder a los datos mucho más rápido y con menor latencia, no son susceptibles a fallas mecánicas y toleran vibraciones y golpes.
En comparación con los discos duros tradicionales, los SSD utilizan memoria flash NAND, un tipo de chip de memoria que almacena información incluso cuando no tiene energía. En los SSD, la memoria flash NAND está dispuesta en una serie de celdas interconectadas que leen y escriben datos cuando hay electricidad.
Para aumentar su capacidad y mantener su costo bajo, los SSD a menudo se venden en una variedad de tamaños, desde 2 gigabytes hasta 8 terabytes. Los consumidores deben tener en cuenta que los SSD de mayor capacidad pueden ser un poco más caros, pero tienden a ofrecer velocidades de transferencia de datos más rápidas y una mayor confiabilidad, lo que significa que son más capaces de almacenar archivos o cantidades de datos más grandes.
La tecnología SSD evoluciona constantemente y, como resultado, el rendimiento aumenta constantemente. Esto hace que los SSD sean adecuados para su uso en portátiles, PC de escritorio, consolas de juegos, tabletas, cámaras y más. En los últimos años, las empresas están ofreciendo soluciones de almacenamiento híbrido que combinan discos duros tradicionales con la velocidad de los SSD, permitiendo lo mejor de ambos mundos en lo que respecta al almacenamiento de datos.
